Antes de que fuera habitual el uso de los relojes despertadores, algunas personas se ganaban un dinero disparando guisantes secos a las ventanas de los trabajadores para despertarlos.

Antes de que fuera habitual el uso de los relojes despertadores, algunas personas se ganaban un dinero disparando guisantes secos a las ventanas de los trabajadores para despertarlos.